Será concretamente en marzo del año 1911 cuando Hernani vio llegar a este mundo a Rafael Gabriel Juan Múgica Celaya Leceta Cendoya; como habrán comprobado el escritor sólo se quedó con Gabriel Celaya, por el cual nos ha llegado hasta nuestros días.
Curiosamente uno de los autores menos conocidos de aquella edad de plata de las letras españolas, la “Generación del 27”, quizá fuera porque llegó un poco más tarde, concretamente en 1928.
Curiosamente uno de los autores menos conocidos de aquella edad de plata de las letras españolas, la “Generación del 27”, quizá fuera porque llegó un poco más tarde, concretamente en 1928.
Su traslado a Madrid en ese año para estudiar Ingeniería Industrial en la Universidad, le llevó a buscar acomodo en la afamada Residencia de Estudiantes y precisamente ocuparía la misma habitación donde antes habían estado Salvador Dalí o Lorca, la número seis del tercer pabellón. Allí compartiría su vida con todos los grandes nombres de esa nueva generación de escritores, pensadores, pintores, artistas en definitiva que intentarían dar un giro a la España todavía muy anquilosada en el tiempo.
En 1935 acaba la carrera y publica su primer poemario “Marea del silencio” en San Sebastián donde ya empieza a trabajar en la empresa familiar, bajo el nombre de Rafael Múgica.
El estallido de la Guerra Civil le pilla precisamente cuando publica “La soledad cerrada”, yendo voluntario como Capitán en el ejército republicano.
El estallido de la Guerra Civil le pilla precisamente cuando publica “La soledad cerrada”, yendo voluntario como Capitán en el ejército republicano.
En 1937 se casa y tiene dos hijos y en el 39 sale en libertad y sigue trabajando en la empresa familiar como gerente, no siendo hasta siete años después cuando vuelve a publicar, en este caso la obra titulada “Tentativas”
A partir de ahí hasta su muerte sigue publicando casi cada año, compaginando sus traducciones de los libros de autores tan importantes como Rilke o Paul Eluard y sus artículos en diferentes revistas literarias fundadas algunas por él y otras como colaborador, como “El Norte”
En 1946 será el año en que conoce a Amparo Gastón, quizá la figura que más le va influir en sus posteriores publicaciones, pues en varias lo harán de manera conjunta.
En octubre de 1982 será cuando contrae matrimonio con la misma Amparo y empieza a publicar sus últimas obras hasta 1991 en que fallece en la capital de España siendo incinerado y sus restos esparcidos por Hernani y San Sebastián.
Gabriel Celaya fue conocido en su primer momento como uno de los autores de carácter existencialista más importantes, para pasar seguidamente en la década de los cincuenta a la denominada estética del compromiso, defendiendo una poesía que fuera para todo el mundo.
Cuando pasa esta etapa de verdadera poesía social, vuelve en los sesenta y setenta a sus orígenes poéticos, pasando por una pequeña etapa de experimentalismo.
Celaya obtuvo importantes premios tanto nacionales como internacionales, destacando entre todos el Premio Nacional de las Letras Españolas en 1986.
Obras que podríamos destacar: Marea del silencio y Cantos Íberos.
Desde aquí este pequeño homenaje hacia un gran autor de abundante obra y del que como decíamos al principio apenas se ha hablado, tan sólo en los pequeños círculos literarios que afortunadamente todavía quedan.
Un buen final de buena poesía para finalizar este año de 2011, deseándoles a todos ustedes unas buenas fiestas navideñas y que el año nuevo les traiga salud, trabajo y amor.
FERNANDO SARUEL HERNÁNDEZ
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