Desde hace tiempo, estamos siendo testigos de que en Europa por mucho que se quiera negar estamos a dos o tres velocidades diferentes.
Antes que la crisis se aferrara a la piel de todos los países, ya existían dos que estaban marcando lo que había o no que hacer, aunque si es cierto que en un principio lo hacían más disimuladamente. Curiosa historia la de Francia y Alemania en los tiempos modernos, sobre todo a partir del fin del imperio napoleónico y la unificación de Alemania de manos de su “canciller de hierro” Otto von Bismark.
En aquellos tiempos la Francia post napoleónica veía el surgimiento de un gran peligro con el nacimiento de una potencia como Alemania. Preferían que todavía siguiera habiendo una serie de ducados alemanes bien repartidos al son de Prusia como cabecera que tenérselas que ver con todos ellos bajo un mismo mando.
Peligraba el ser una de las dos potencias coloniales junto a Inglaterra, pero eso fue durante el siglo XIX. En la siguiente centuria, los dos países quisieron saldar deudas y lo único que consiguieron fue enfrentarse en dos sangrientas guerras, donde se puso bien claro cuál era el odio que se tenían.
Afortunadamente, aprendieron bien la lección y Francia se atrajo a la entonces llamada República Federal Alemana al iniciar la tarea de la creación del antiguo Mercado Común, germen de la actual Unión Europea.
Así consiguieron restablecer sus relaciones y enfilar sus políticas hacia un mismo propósito: ser los líderes del continente europeo.
A fe cierta que lo consiguieron y ahora podemos verlos como los que gestionan la crisis en Europa. Los que mandan a los demás países, a excepción como no podría ser de otra manera de Inglaterra, la cual siempre ha estado ahí pero de manera independiente, pues ni siquiera tienen como moneda el euro.
Ahora mismo, Europa no es aquello que pensara De Gaulle de formar unos Estados Unidos de Europa para hacerles el contrapeso a los norteamericanos. En Europa fue y será muy difícil que haya esa unidad pues aquí convivimos muchísimos pueblos con una gran tradición histórica a nuestras espaldas.
Estamos ante el fracaso de una utopía que fue muy bonito al principio pero que poco a poco ha ido cayendo por su propio peso. Ahora se cuestionan muchas cosas de la Unión de los europeos, por ejemplo la propia unión monetaria teniendo como eje vertebrador la moneda única.
Francia y Alemania se han convertido en los guardianes de Europa, de que ningún país europeo se desmadre, de que hay que hacer lo que ellos digan y España es hoy día un claro ejemplo de ello. Hemos perdido nuestra fuerza en Europa y como van las cosas, difícil va a ser el poder estar al lado de ellos.
Si Estados Unidos son los guardianes del mundo, les ha venido muy bien que estos dos países europeos, se encarguen de la vigilancia en este lado del mundo.
FERNANDO SARUEL HERNÁNDEZ
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