Madrid, ciudad acogedora por antonomasia, de nuevo me ha recogido entre sus brazos para poder disfrutar de sus monumentos, de sus parques, de sus líneas de metro, de la masificación de personas que van de un lado a otro siempre con el destino totalmente diferente al que tú llevas, pensando en sus cosas, fotografiando la vida que pasa ante sus ojos.
Sin embargo, este viaje ha sido bien diferente entre los que uno ya ha realizado y realizará, no les quepa la menor duda pues es un lugar que merece que se vuelva a él ya que siempre está cambiante, quizá para los que allí residan no se note, pero para los que de vez en cuando tenemos la fortuna de pisar su suelo, lo notamos y mucho afortunadamente.
En esta semana que ha pasado no ha habido respiro para nadie si se encontraba cercano al Palacio del Congreso de los Diputados, puesto que han sido varias las manifestaciones que a diferentes horas se han producido, todas pacíficas pero siempre con algún altercado aislado que en muchas ocasiones se podría haber evitado.
Evidentemente, Madrid como capital de este país tan maltratado como es nuestra España, está siendo tomada por todos aquellos que tienen algo que manifestar, ya que se está muy cansado de tanto sinvergüenza que pulula por ahí y que nos está ordenando la vida a los demás, sin fijarse precisamente en cuáles son las necesidades que tenemos los que en realidad estamos sosteniéndolos en sus cargos económicamente hablando.
La manifestación que quizá más me ha llamado la atención ha sido aquella tan numerosa, miles de personas había aunque no sé precisar el número pero miles sí, en la que tras diferentes cánticos todos iban con las manos arriba y coreando aquello de “esto es un atraco” y es cierto que lo es.
Un atraco a todas luces, pues si siempre se había realizado de manera silenciosa, de modo que nadie pueda notarlo, ahora es una forma de atracar sin problema a que todos nos demos cuenta de que es así. Se nos está robando literalmente, perjudicándonos de manera casi irremediable, mientras los de siempre siguen con sus prebendas, sus coches oficiales y encima riéndose del ciudadano de a pie.
La gente está muy harta de tener que ver, escuchar o leer que a unos se les quita lo que con su esfuerzo y sudor gana al mes, y ahora también la paga extra de navidad. Pero lo que realmente ya te hace levantarte de tu sitio y tirarte a la calle y levantar las manos es cuando te sale el Presidente del Congreso de los Diputados, diciendo que se ha “sugerido” a los diputados y diputadas que para estar con los ciudadanos, no cobren sus pagas extras de navidad, aunque claro era un problema debido a que se tenían que reunir y ahora no era tiempo, pues ya venían las vacaciones.
Pero qué poca vergüenza tienen. Cómo que se ha “sugerido”, tienen que ser los primeros en quitarse las pagas, dando claro ejemplo y sobre todo ofreciendo un poco de respeto hacia los ciudadanos que por un lado, los han votado para que estén ahí y por otro lado, están pagando sus sueldos, porque que nadie olvide que todos los dispendios salen de los Presupuestos Generales del Estado, que a su vez, salen de los impuestos que sangran a los de siempre, porque para otros existe la llamada “amnistía fiscal”…
Madrid se ha convertido en ciudad repleta de manos arriba un día sí y otro también y uno que va de otro sitio se da cuenta hasta qué punto si nos uniéramos todos a una, la fuerza que tendríamos para poder imponer de una vez la cordura necesaria a todos esos que dentro del Palacio del Congreso se encuentran hibernando y que conste que me dan igual de los partidos políticos que sean, pues salvo honrosas excepciones, los demás van a lo mismo: a sangrar al ciudadano.
FERNANDO SARUEL HERNÁNDEZ
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