A través de esa mínima pincelada el lector ya ha intuido que nos referimos a los apuntes del cuadernillo de Bárcenas y al partido del que tomaba apuntes. Ese cuadernillo que ha conseguido lo que nadie esperaba que ocurriese: que Intereconomía hable de la necesidad de que Rajoy abandone el poder y delegue sus funciones en un sustituto. Sorprendente, si más no.
En un país en el que algunos mandatarios se han aferrado al poder tanto como han podido, en el que la gente puede robar cantidades ingentes de dinero y salir impune, en el que dimitir y dirimir suenan a palabras rusas que no se encuentran en el vocabulario de los que nos gobiernan, ¿qué nos queda?
Clamar. Se empiezan a escuchar voces que piden una respuesta a este esperpéntico circo que nos rodea. De momento, sin embargo, no tienen la fuerza que los hechos merecieran. Pudiera ser cuestión de tiempo aunque si no le echan más leña al fuego, éste se consumirá.
Actuar. Algunas son las acampadas que vuelven a resurgir tras meses de haber guardado las tiendas. No saben qué pasará pero creen que quedarse en casa no sirve de nada. Muchos disponen del tiempo necesario para perseverar en la protesta pues las cifras del paro siguen creciendo. Hay quien recoge firmas pero habría que acordarse de que algunos le dieron la mayoría absoluta al partido de Bárcenas.
Con todo, si a algunos se les llena la boca diciendo que no les mueve el dinero, que sus recortes son por el bien de la ciudadanía, ¿por qué no han invertido mejor ese dinero que se fuga de España en el país que tanto aman?
Hoy, día de la lucha contra el cáncer, se hace más patente la necesidad de invertir en lo que realmente importa: en las personas. En su salud, en su educación, en su bienestar. En el de todos. No en el de unos pocos que han tomado la batuta y se creen que es suya. ¿Es hora de jugar a los relevos?
Tamara GC
Tamara GC
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