Crónica de una España dolorida

Casi un año

Hace unos meses debatía con un antiguo alumno, más versado que yo en  estas lides, un verdadero humanista del siglo XXI que adapta perfectamente como nuevo historiador las circunstancias que nos están rodeando en estos últimos tiempos. Pues bien, le comentaba que tenía la gran fortuna de estar viviendo numerosos cambios en estos últimos años de la Historia de España y del resto del mundo que debido a la globalización también influenciamos y nos influencian.

En efecto, le comentaba que desde la abdicación del anterior rey (hoy “emérito”, esa fórmula que los poderosos sacan cuando les viene bien sin tener en cuenta lo que pensamos los de a pie y que prácticamente convierte en inviolable la figura del anterior Jefe del Estado), Juan Carlos I en su primogénito, en este país han surgido numerosas transformaciones en casi todos los órdenes de la vida española y que a buen seguro seguirá cambiando en los años venideros.

Hemos visto ya cómo se ha tambaleado el sistema bipartidista en el que España se metió tras el período de transición llevada a cabo a partir de 1976 con Adolfo Suárez al frente. En aquellos años, surgió un partido fuerte, la UCD (Unión de Centro Democrático), y que si bien consiguió una holgada victoria en las primeras elecciones legislativas tras la dictadura franquista, en dos años estaba moribundo, tras la subida intratable del PSOE (Partido Socialista Obrero Español) y de la entonces nueva AP (Alianza Popular) con el renacido PCE (Partido Comunista de España) y las primerizas fuerzas nacionalistas catalanas y vascas.

A partir de octubre de 1982, con la victoria aplastante del PSOE, al cual sólo le pudo restar votos la entonces primaria AP que años después con Aznar a la cabeza se transformaría en PP (Partido Popular), el panorama político español ha ido basculando entre estos dos grandes partidos, siempre contando para gobernar en algunas ocasiones con las muletas de los nacionalistas vascos y catalanes.

Sin embargo, muy poco después que el nuevo monarca, Felipe VI, tomara posesión de la Jefatura del Estado, aparecieron varias fuerzas políticas nacidas sobre todo del amplio descontento de la ciudadanía que veía cómo sus derechos eran conculcados por el Partido Popular cuando tomó el poder en el año 2011 y cuando el PSOE navegaba sin rumbo ni capitán que lo afirmara.

Estas fuerzas políticas tuvieron su respuesta masiva en las calles, no como antaño en las casas o fincas de los fundadores. Curiosamente, la mayor parte de los que las formarían serían desencantados de ese bipolarismo PP-PSOE, surgiendo así un ala que se desgajó del PSOE, es decir, PODEMOS y la otra ala desgajada del PP, es decir, CIUDADANOS. Por último, el ala más extrema de la derecha del PP, salió a flote con VOX.

Hoy en día vemos las consecuencias de las malas gestiones políticas y de sus líderes del PP y del PSOE, con un gobierno de coalición PSOE-UNIDAS PODEMOS, que tan sólo llevan un año y que no ha empezado con buen pie debido entre otras cosas a la tan traída y llevada supuesta “pandemia” y que lejos de que el resto de fuerzas políticas aunaran esfuerzos por resolver los problemas derivados de la misma, más bien han estado enfrente en una sinrazón que algún día alguien quizá nos pueda explicar.

En este casi año de gobernabilidad, henos visto pasar a nuestro país y al resto del mundo por algo de los que creíamos que no nos pasaría, algo que era de otras épocas, donde no había apenas tecnología que pudieran salvarnos. Pero no ha sido así. Nos ha llegado una epidemia, una pandemia dicen, y lo ha desbaratado prácticamente todo.

Pero de esta supuesta Pandemia hablaré en otro artículo. Hoy sólo quería reflexionar sobre estos años tan diferentes que estamos viviendo y que sin darnos apenas cuenta, nos estamos introduciendo en otra era muy diferente a lo vivido hasta aquí.

FERNANDO SARUEL HERNÁNDEZ

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