¿RESTITUCIÓN DE LA ORDEN?

Hay momentos de la historia que han pasado y pasados están. Aunque está bien conocerlos e incluso investigar en ellos y sacar cosas nuevas para así aprender más de lo que fue ese hecho, circunstancia, personajes, etc.

Sin embargo, lo que no podemos bajo ningún concepto, es pretender apropiarnos de ello y hacerlo algo nuestro, por una razón de lógica pura: lo que ocurrió en aquella época se dio allá en el tiempo e incluso en el espacio, por lo tanto, nadie es quién para otorgarse nada de lo que en estos momentos ya no existe.

Les estoy hablando de la Orden del Temple. Si en el año dos mil ocho, la denominada Orden Soberana del Temple, hacía unas severas afirmaciones sobre que el Papa debía de restituir a los Templarios no sólo desde un punto de vista moral, sino pecuniario también, ahora han vuelto a lo mismo.

Desde un par de décadas hasta ahora, han ido proliferando numerosas publicaciones pseudocientíficas que quieren cargar a la orden templaria de una serie de mitos y leyendas que no tienen nada que ver con la realidad.

Afortunadamente, y de forma paralela también se ha ido estudiando sobre documentación factible por parte de historiadores reales, todo el mundo que rodeaba a los caballeros templarios. Estas investigaciones nos están proporcionando saber más sobre diferentes aspectos de la vida y obra de estos monjes guerreros que perduraron en el tiempo durante dos siglos.

Sin embargo, vende más lo sensacionalista, el decir que estos templarios fueron poseedores de todo lo relacionado con lo oculto, incluso con lo paranormal, cuando sabemos perfectamente que nada de eso existió.

Al albur de toda esta literatura novelada de la Orden del Temple, fueron surgiendo numerosas “comunidades” o hermandades que se autoerigen como las herederas de los templarios.

Nada más lejos de la realidad. Por una razón de peso: la orden fue disuelta por el Papado desde 1312, año en que son quemados en la hoguera los principales personajes templarios, entre ellos el propio Gran Maestre y último Jackes de Molay.

En efecto, este fue el “último” que dirigió la Orden del Temple, pues al ser disuelta, la mayoría de caballeros que se libraron de la persecución se trasladaron a la zona de Portugal y a las Islas Británicas y ahí cambiaron de orden, e incluso en la zona portuguesa se denominaron Caballeros de la Orden de Cristo.

Sabemos asimismo que el propio Papa que los condenó y los disolvió, se retractó y dejó en un documento que los caballeros del Temple no eran culpables de lo que se le decía, pero ya fue tarde y este documento desapareció en el archivo vaticano, hasta que hace unos pocos años una investigadora italiana lo rescató y se demostró que lo que hicieron con los templarios fue condenarlos sin ningún motivo.

Pero lo peor de todo es que este momento que fue histórico ahora quieran devolverlo a un sin sentido, pues se han erigido muchas nuevas órdenes y demás asociaciones que dicen ser descendientes de ellos, cuando la Orden templaria solo era una y no varias, y además como quedó demostrado fue disuelta y nunca se restituyó.

Oportunistas hay en todos sitios y en todos los tiempos, pero a veces lo que consiguen es confundir más los hechos históricos, pues en la actualidad siguiendo los preceptos de la original regla del Temple, apenas tiene que ver con la realidad actual.
Dejemos de contar historietas sobre la verdadera Historia y nos irá mucho mejor.

FERNANDO SARUEL HERNÁNDEZ
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