A lo largo y ancho de la geografía de nuestro país llamado España, hay cosas que ocurren igual en cada uno de sus puntos.
En efecto, en los diferentes municipios de todas nuestras comunidades y ciudades autónomas ocurren cosas muy parecidas a pesar de estar separadas espacialmente.
Pudiéramos hablar de lugares diversos en sus costumbres, su lengua, su folclore incluso, sin embargo, eso nunca será óbice para que cuando uno esté en esos lugares pueda comprobar cómo en España hay parecidos razonables.
Después de esta perorata que puede parecer algo fuera de lugar o incluso de abuso en la palabra, sin embargo, nos viene muy bien a modo de introducción para darnos cuenta de que una serie de hechos se repiten y de qué modo.
Cuando llega el llamado “mal tiempo”, es decir, en otoño o invierno, podemos comprobar hasta qué punto las comodidades y los avances que se han ido dando en esos lugares son muchas veces muy precarios.
Pues bien, empieza a llover y qué suele pasar en todos sitios: que todo el mundo saca su coche a la calle, que se producen numerosos atascos, que las carreteras se encharcan y las alcantarillas no tragan el exceso de agua que empieza a caer.
Más consecuencias de esta situación normal en época de lluvias: los semáforos se estropean; por arte de magia, estos aparatos dejan de dar su servicio como si tuvieran una gran sensibilidad al caer las primeras gotas.
Una vez pasa eso, el tráfico se vuelve ya no terrible, sino horrible y siempre, como bien manda la famosa Ley de Murphy, lo hace a la hora en que hay una mayor aglomeración de vehículos en las calles.
Ante esta situación tan lastimera, los ciudadanos empiezan a echar de menos a esos que ganan más que la mayoría de ellos, que van de uniforme, normalmente con colores llamativos y que, casualidades de la vida, disponen de modernos vehículos.
Como se ve me estoy refiriendo a los miembros de las diferentes policías locales o incluso municipales de cada ciudad o pueblo. No están. Se da aviso de la anomalía de la situación y no se les ve por ningún sitio.
¿Es que ellos no trabajan a esas horas? ¿Es que sólo curran los de siempre?
Ahora viene lo curioso que le pasó a este que les escribe y como digo, se puede dar y de hecho se da, en cualquier punto de España. Iba por la calle y en un cruce que normalmente está regulado por semáforos, dejaron de funcionar tras caer las primeras gotas de lluvia y así llevaban horas para cuando pasé por ahí.
Lo primero que se me vino a la cabeza es mirar dónde estaba la autoridad municipal, pero por más que lo hacía, nada de nada. Era un cruce con un tráfico bastante intenso de la ciudad donde el más mínimo error de los semáforos, pueden producir un profundo caos, ya que se llegan por tres lugares diferentes a un mismo punto. Pues nada, no había nadie.
Tomé un desvío y al entrar por una calle paralela de donde se estaba produciendo el atasco y el lío impresionante con todo el mundo tocando el claxon, me veo delante de mí, un vehículo de la Policía Local y pensé que iban a intentar poner solución a lo que ocurría.
Sin embargo, cuál fue mi sorpresa cuando se desvían hacia la izquierda sin poner el correspondiente intermitente, y se paran detrás de dos vehículos que en ese momento estaban en doble fila.
Se bajaron del vehículo policial los dos agentes de la dotación y empezaron a poner las correspondientes multas a esos que de hecho y era cierto, estaban cometiendo una infracción por mal aparcamiento.
Una sonrisa muy ancha me cruzó la cara, puesto que para eso sí estaban, pero para resolver la caótica situación en una calle paralela y a tan sólo cincuenta metros, no estaban
.
Pues bien detengo mi vehículo en un aparcamiento alrededor del lugar y me quedo mirando lo siguiente que iban a hacer esos agentes después de colocar las correspondientes multas, que como digo, bien puestas por estar incumpliendo las normas. Se vuelven a introducir en su vehículo patrulla y aquí viene lo mejor: a la altura de la calle para entrar en el cruce caótico se introducen un momento y al ver el follón allí liado ¿cuál creen que fue su reacción? Nada, dieron marcha atrás y siguieron por la calle anterior para largarse de ese lugar.
No digo que esta actuación la realicen todos los miembros de las policías locales de este país pero, ¿por qué no intervinieron si supuestamente una de sus prerrogativas es ordenar el tráfico rodado de las localidades? También es vigilar las ordenanzas municipales, pero ¿por qué no hicieron el resto de su trabajo?
Como pueden ver, esto no es exclusivo de una zona en concreto, sino que seguro les sonará que se producen en todos sitios. Ya saben cuando empiece a llover: aténgase a las consecuencias.
FERNANDO SARUEL HERNÁNDEZ
FERNANDO SARUEL HERNÁNDEZ
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