En 1609 ocurrió un hecho histórico que tuvo graves repercusiones para este país nuestro llamado España. Felipe III fue el monarca que reinaba entonces y con su valido, es decir, el primer ministro o presidente del gobierno del momento, el duque de Lerma, que llevaba los asuntos de España y su, por entonces, afianzado imperio.
La llegada de este rey supuso un paso transicional entre el apogeo del poder español por casi todo el orbe conocido debido a los desvelos de sus antepasados Carlos I y Felipe II y el comienzo del declive con los dos monarcas que le siguieron, Felipe IV y Carlos II.
Con éste último se llegó al fin también de la dinastía de los Austrias o Habsburgo para pasar después de una guerra dinástica a la de los Borbones…, pero esa es otra historia.
Se llegó durante este momento a un vago entendimiento en la política exterior, es decir, se promulgaron las paces con Inglaterra y los Países Bajos, lugar muy conflictivo por aquella época, asimismo en Francia se llegó a ayudar a acabar con los hugonotes, los cuales eran considerados herejes por la Iglesia Católica y España seguía sirviendo al Papado de Roma. Era el paladín del catolicismo.
Sin embargo, si un hecho se ha de destacar en este momento, fue lo que aconteció con la política interior del país.
El problema morisco volvió a asomarse de nuevo. Recordemos que unas décadas antes se produjo la Revuelta de las Alpujarras y fue duramente resuelto.
En aquella ocasión, aunque se produjeron expulsiones, sin embargo, fue algo más de contener la situación y castigar a los que se rebelaron.
Sin embargo, ahora se realizará la expulsión de todos sin distinción. Puesto que cuando se decretó no sólo se les realizaba a los trabajadores del campo, que eran mayoría, sino también a los altos dignatarios que tenían fincas y terrenos y por supuesto, dinero.
Mucho se ha investigado y hablado, pero siempre desde el punto de vista académico, sin embargo, se echa en falta que se divulgue más este hecho pues representó algo importante en el devenir social y económico de España.
Hay decenas de investigaciones, de congresos, pero hace falta divulgarlo como es debido y bueno, en estas líneas, intentaremos dar este tema a conocer un poco más.
Se barajan diferentes tesis sobre el por qué de la expulsión de los moriscos. Autores hablan de que al pararse la política exterior tan severa y belicosa que se estaba dando en los Países Bajos, hizo que la nobleza tan guerrera y ávida de gestas bélicas, empezaran a inquietarse por esa paz que se empezaba a consolidar. Ello llevó a buscar otras razones por la que demostrar su ardor guerrero y qué mejor que intentarlo con aquellos que no profesaban el mismo credo.
Otros autores, en cambio, dan una versión diferente, la más conocida es la que relacionaba a los moriscos que, recordemos, eran los musulmanes que profesaban su religión y sus costumbres desde la época en que se invadió la Península a partir del 711 y que siguieron después de terminada la Reconquista en 1492. Pues como decimos, se les relacionaba con los piratas turcos y berberiscos que asolaban las costas españolas del levante y sur. Aunque está bien documentado y es cierto que esas relaciones existían, sin embargo, ya en esa época en que fueron deportados, no lo eran tanto como al principio.
Es por ello, que podríamos mezclar sin equivocarnos ni caer en el error, estas dos tesis para comprender el por qué de esa expulsión, sin olvidar que no profesaban la religión dominante y eso también hacía mella en la impopularidad que se iban ganando.
Se calcula que fueron cercanos a los trescientos mil los que expulsaron y eso supuso diezmar a la población, ya que no habitaban tanto en nuestras tierras. Para solventar esa situación de vacío demográfico se realizó la atracción de asentar a extranjeros del centro de Europa en esos lugares.
Sin embargo, la consecuencia más grave, fue económica, ya que en esa época, la economía de un país estaba en tener un buen sector primario, es decir, contar con una agricultura y una ganadería importantes y, precisamente, ahí es donde trabajaban la gran mayoría de los moriscos, por lo que cuando se produjo su expulsión, la economía y el campo español entró en una grave crisis, pudiéndose solventar hasta cerca de un siglo después.
Vaya desde aquí estas notas históricas para resaltar que en el año 2009 también fue el cuarto centenario de la desafortunada “expulsión de los moriscos” de España.
FERNANDO SARUEL HERNANDEZ
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