GRAN VÍA

GRAN VÍA

Este año se conmemora el centenario de una de las calles más famosas de España: la Gran Vía. Ubicada en pleno centro de la capital española, Madrid, esta calle ha sido musa de artistas que han ido realizando sus obras tanto pictóricas, fotográficas o las mismas canciones ya sea del tipo de zarzuela o del rock nacional como Antonio Flores en su afamada canción “Gran Vía” que la homenajea, quedándose como el himno que mejor la describe.
Después de las grandes obras que se acometieron en el siglo XVIII con aquel rey Carlos III, llamado el “mejor alcalde de Madrid” por la cantidad y calidad de las obras que la hicieron a la capital ser una de las más modernas y más bellas de las diferentes capitales europeas.
Sin embargo, a partir de aquí hasta el último tercio del siglo siguiente, no se volvieron a considerar obras importantes en la ciudad.
En efecto, y debido sobre todo a la masiva llegada de habitantes que procedían de las zonas rurales de la misma provincia madrileña o de otras, hizo que esta ciudad se quedara ya pequeña, con callejas estrechas y mal distribuidas, ocasionando las molestias pertinentes como falta de seguridad o de higiene.
Es por ello, que al igual que ocurriera con otras grandes ciudades de Europa, como la misma Barcelona, Madrid se someta a la racionalidad de los ensanches urbanísticos y así dotarla de una mayor viabilidad en sus calles y mejoras en sus nuevas viviendas.
La apertura de esta magna calle se remonta de dos proyectos fallidos de 1862 y 1886 que propugnaban el derribo de numerosas viviendas y calles que darían lugar a una apertura que haría posible la comunicación entre dos zonas importantes de Madrid.
Sin embargo, no sería hasta 1897 cuando los arquitectos municipales Sallaberry y Octavio Palacios realizaran el proyecto definitivo que daría lugar trece años después al nacimiento de la calle.
A causa de problemas de índole financiero y sobre todo por la negativa de los comerciantes y vecinos de la zona, se retrasaron las obras hasta que dieron comienzo un 4 de abril de 1910.
Fue tan importante el evento que acudieron además del alcalde Francos Rodríguez, que también tiene calle en Madrid, la familia real encabezada por Alfonso XIII, quien fue el que realizaría con una piqueta de plata el acto simbólico de empezar las demoliciones de los diferentes inmuebles que se habían expropiados y así dejar franca y expedita la zona para la nueva calle.
Una vez finalizadas las obras de manera definitiva en los años treinta, fue una verdadera “obra de arte” desde el punto de vista urbanístico. Pero lo que le daría su sentido, fue la gran afluencia de personas que discurren por allí, debido sobre todo a los numerosos lugares de espectáculos, como cines, teatros, el Bar de Perico Chicote, ahora Museo Chicote, y tantas veces llevada su imagen a la grande y pequeña pantalla.
Gran Vía, obra digna de una ciudad como Madrid, acogedora, bella, grande, con encanto. Cuántos pasos habrás visto pasar, cuántas almas errantes, cuánta vida en definitiva.
Ahora, cien años después, nos debemos congratular todos, pues si de algo se está seguro, es que Madrid no echa a nadie, lo atrae.

FERNANDO SARUEL HERNÁNDEZ

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