El 13 de octubre de 1307 se realizó una de las jornadas más lamentables de la historia de la humanidad. Ya desde hacía tiempo, se estaba preparando este acontecimiento. Se estaban realizando los preparativos para acabar con una institución que hasta ese momento, venía siendo un ejemplo de honestidad, valentía y protección a los más débiles.
Con Nocturnidad y alevosía, las tropas reales del llamado Felipe el Hermoso, monarca avaricioso francés con la connivencia del Papa, urdieron una trama en la que poder acabar con la Orden del Temple.
Y así lo hicieron. Se inventaron una serie de acusaciones que no tenían nada que ver con la verdadera realidad del problema: que no era otro que el de quedarse con las tierras, propiedades y tesoros que estaban bajo la protección de los Caballeros Templarios.
El rey francés necesitaba tener todo ese poder, no quería tener que rendir cuentas a nadie, ni nadie que le pudiera hacer sombra. Para ello, se trajo al Papa a Francia para así controlarlo y manejarlo a su antojo.
Esa noche del 13 de octubre, todas las encomiendas del Temple de Francia, España y otros lugares, fueron saqueadas literalmente. Los caballeros apresados sin poder expresar su inocencia, fueron trasladados a las mazmorras reales, sus propiedades pasaron directamente a manos de la Corona francesa…
Desde ese momento, se lanzó una gran propaganda en contra de ellos. Se decía que practicaban la sodomía, que renegaban de la Cruz, entre otras lindezas.
Pero el tiempo coloca a todo el mundo en su sitio y, aunque tarde, se ha visto como todo era falso.
En 1314, el rey francés logró su propósito: quedarse con todo lo que el Temple poseía y así no pagar la gran deuda que había contraído con ellos. El Gran Maestre Jacques de Molay y sus correligionarios fueron torturados hasta la muerte, sacando a muchos de ellos las mentiras que convenía que dijeran para así acabar con la Orden.
En ese año de 1314, fueron quemados en la plaza pública en París, de Molay y los demás, pero dicen que el grito del Gran Maestre, que siempre mantuvo su inocencia a pesar de las torturas, subió hasta el cielo e impregnó con sus palabras todo aquel instante, haciendo recorrer un colectivo escalofrío a todos los que estaban viendo la cruenta escena.
El grito llevaba implícito una profecía contra los que habían acabado con el Temple. Pocos meses después, se cumplió: el Papa falleció en extrañas circunstancias y el rey francés duró muy poco también.
En el año 2000, del interior de los Archivos Secretos del Vaticano, vio la luz, gracias a las labores de una investigadora italiana, el documento que probaba la inocencia de los Caballeros del Temple.
En este documento, se relata la investigación que realizaron los hombres del Papa, dando como resultado que todo lo que se vertía contra la Orden era absolutamente falso. Sin embargo, el documento en ese momento no convenía que viera la luz y se traspapeló entre otros legajos, perdiéndose en el polvo de los siglos.
Ahora sabemos que todo fue una farsa. Todo fue mentira. Todo lo que después se ha ido diciendo del Temple también lo es. No hay nada de paranormal en los Caballeros Templarios. No hay nada de masónico en ellos. Todo era y es más sencillo que eso: eran protectores de los demás. No había ni hay nada más.
Quizás todavía perduren. No se sabe. Lo que sí está claro es el hecho de que perduraran bajo otro nombre en el Algarbe portugués o en el sur de Extremadura. Cambiaron su nombre por el de Caballeros de la Orden de Cristo. Y quizás estuvieron presentes en la conquista portuguesa de Ceuta…, a lo mejor también en Melilla…, quien sabe…, los documentos han de hablar por ellos.
Lo que sí está claro es cómo, a pesar del tiempo transcurrido, todavía en nuestro siglo nuevo y nuevo milenio, hay personas que sufren torturas y demás vejaciones sobre todo por otro que supuestamente tiene más poder…En setecientos años no hemos cambiado mucho.
Sirva de homenaje para todos aquellos que han sufrido y siguen sufriendo martirio por no pensar o no estar de acuerdo con el poder establecido…, como dice un amigo mío: “Cuántas veces habrá venido de nuevo Jesús y de nuevo lo han crucificado”.
FERNANDO SARUEL HERNÁNDEZ
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Te corrijo humildemente. No fue Felipe el Hermoso, que era de Flandes y posteriormente esposo de Juana la Loca de Castilla, sino Felipe IV de Francia.
ResponderEliminarFue una cuestión económica. El Temple fue el primer banco moderno, y la deuda de la corona de Francia era elevadísima.
Entre pagarla y acusarlos de herejía, eligieron la segunda :)
Respecto a los libros "El Enigma Sagrado" y "El Legado Mesiánico", donde está la base de la infame novela de Dan Brown y el auge de los Templarios como mito, están tramados por la ultra-derecha francesa pro-monárquica. Un movimiento más que siniestro y que finalmente acabó en la cárcel por falsedad documental.
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