Cuando está llegando a la vía que le conducirá a la encomienda templaria, puede ver los restos arqueológicos que le dan una clara información sobre los diferentes pueblos que poblaron el lugar desde antiguo.
Un ejemplo de ello, lo dan los vestigios de un poblamiento dentro del período prehistórico del Paleolítico. A partir de ese instante, otras culturas antiguas entrarán en contacto en esta tierra: restos eneolíticos, argáricos, íberos o romanos dan buena muestra de eso.
Pero no se puede hablar como lugar de enclave urbano hasta la llegada de los musulmanes en la Edad Media, momento de su primer esplendor, sobre todo en lo referente a la agricultura.
Cuando se está realizando la Reconquista de los territorios cristianos ocupados por los árabes, se produce la conquista de toda Murcia en época del rey santo don Fernando III.
A partir de ahí, será la orden del Temple la encargada por velar de este lugar, puesto que fue en esta época medieval cuando se produce la llegada de la “Cruz de Caravaca”
Cuando la orden templaria desaparece, será la orden española de Santiago la que se encarga de la custodia y defensa de esta villa que ya empieza a tener su trazado como ciudad, limitándose al llamado Cerro del Castillo.
Sin embargo, esta ciudad tiene una leyenda como muchas otras que surgen en aquella época medieval tan cargada de encuentros extraordinarios.
La Cruz de Caravaca es un “lignum crucis”, es decir, un trozo pequeño de la Cruz donde fue crucificado Jesús de Nazaret, otro trocito más de la gran cantidad que existen a lo largo y ancho del mundo.
La leyenda a que nos referimos es muy dada a las acostumbradas en la época y sobre todo en zonas de frontera, donde la mescolanza de diferentes pueblos, hace que se enriquezca más si cabe la supuesta historicidad de los hechos señalados.
En este caso se habla que estando en la fortaleza el sayid Zeit Abuzeit, interrogó a un sacerdote preso llamado Ginés Pérez, preguntándole en qué consistía su trabajo y el sacerdote le comentó el de celebrar misa, despertando la curiosidad del musulmán que hizo que se realizara en su presencia el acto de la liturgia, a lo que el cura contestó que no podía celebrar la misa, pues no tenía crucifijo en el altar. Es en ese momento, cuando por la ventana entraron dos ángeles que sostenían la cruz que dejaron en el altar. Ante este hecho, el sayid y su corte se bautizaron…Como digo, una leyenda más de las innumerables que pueblan las diferentes zonas de España y que, por qué no, enriquecen la literatura popular.
Desde bien antiguo, concretamente el siglo XIV, se reconoce oficialmente por parte de la Iglesia la Cruz de Caravaca, dándole su nombre oficial a la Reliquia en los documentos como el de la Vera Cruz, relacionándolo directamente con el Temple; siendo conocido desde entonces como la Vera Cruz de Caravaca.
Pero fue el Papa Juan Pablo II quién en 1998 le concedió el Año Santo con carácter perpetuo a celebrar cada siete años. Y en este en el que estamos, 2010, se celebra el jubileo, convirtiendo a Caravaca de la Cruz como uno de los cinco lugares santos de peregrinación en el mundo: Roma, Jerusalem, Santiago de Compostela, Santo Toribio de Liébana y Caravaca de la Cruz.
Su primer Año Jubilar fue hace siete, en 2003 y éste en el que estamos es el segundo.
El caballero ha llegado a la iglesia donde se venera el trozo de la Cruz donde murió el Crucificado, descabalga, se quita la capa oscura que le cubre dejándola en el caballo, se compone su indumentaria real: capa blanca con la cruz patada roja en un extremo del hombro, que cubre la vestimenta blanca con la misma cruz en medio, ciñendo espada hermosa al cinto. Es un caballero del Temple que visita la Vera Cruz de Caravaca.
FERNANDO SARUEL HERNÁNDEZ
Ya veo, que has disfrutado de este precioso pueblo, la verdad es que la historia es eso, un poco historia y un poco leyenda. Si puedes pasate algún año en las fiesta de primero de Mayo, te gustaran y disfrutaras de ellas. Cuando has estado, Sofia esta ahora allí pasando unos días................
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