PRIVILEGIADOS


            Estamos pasando unos días diferentes, raros, muy desagradables en definitiva. Desagradable es sólo un adjetivo muy débil, para todo lo que se ha pasado en tan sólo poco más de veinticuatro horas.
            Uno coge sus ideas y sus apetencias por hacer un pequeño viaje a cualquier parte que se pueda costear y con esos ánimos y esas ganas de hacer algo diferente a lo que hace, elige destino, compra billete y hotel…, muchos otros van a reencontrarse con sus seres queridos, da igual si son familia o amigos.
            Sin embargo, todo eso no pudo ocurrir en un principio. A las cinco de la tarde, como si de una mala tarde taurina se tratara, el espacio aéreo español quedó cerrado, no había controladores en sus puestos. Nadie daba crédito a lo que ocurría. ¿Y ahora qué?
            Todo el mundo nervioso. Más trenes y más autobuses en las carreteras ¿y en las islas y Ceuta y Melilla? Para eso los barcos.
            Esto fue hace unos días y he aquí como nos encontramos ahora mismo: estamos inmersos en un estado de alarma.
            Un conflicto laboral de gran envergadura que viene coleando desde hace meses y que parecía resuelto en el mes de agosto, ahora nos da en toda la cara a los que no tenemos nada que ver con eso, a los que pagamos a esos que supuestamente nos dirigen para que podamos vivir lo más tranquilo que sus males económicos nos dejan.
            Si la afamada “huelga salvaje” no tiene nombre y sí muchos descalificativos, tampoco la medida adoptada de poner todo una nación en estado de alarma es necesaria, es todo lo opuesto: un desfase y una exageración.
            No se puede hacer lo que los controladores han hecho, pero tampoco se puede solventar de esa manera.
            A mí me gustaría que alguien se leyera la Constitución de 1978, para que se compruebe cómo la medida que han adoptado en nada hacía falta en este supuesto. No existe hecho alguno en lo de los controladores que haga que un gobierno aplique esa medida tan extrema.
            Recordemos que es la primera de los tres escalones en el que un gobierno apoyado por el parlamento puede poner en marcha este sistema de estados y que todos debemos ser conscientes que con estas medidas, los derechos y libertades de todos quedan prácticamente nulos.
            Parece que esta cuestión nadie quiere verla. Pero es un primer paso para restar derechos y libertades.
            Además, lo que más me enerva es ver cómo hasta el jueves día nueve no se dan las explicaciones oportunas en el Congreso, ¿qué les pasa a estos diputados? ¿no se han dado cuenta del gran problema que tenemos?
            Lo diré muy claro. Me vale que en el fin de semana no se hayan reunido los parlamentarios para afrontar el problema que supone estar en este estado, debido a que a muchos los pilló también en los aeropuertos. Me vale además que el día seis estuvieran celebrando el treinta y dos cumpleaños de la Carta Magna, ahora lo que no me vale para nada es que el martes día siete no se haya hecho la reunión de todos y repito todos los parlamentarios sin excepción.
            Podrán ausentarse aquellos que por cuestión médica no lo pudieren hacer, pero los demás deben hacerlo, pues es su obligación estar en el parlamento, para discernir sobre las explicaciones del gobierno.
            Ell@s sí son los verdaderos privilegiad@s. Primero no es verdad que el pueblo los elige libremente como sus representantes, pues hay mucha gente que está en contra de las listas cerradas que llevan a cabo los partidos políticos, por lo tanto, los candidatos son impuestos por partido no por libre elección de los ciudadanos.
            Segundo, tienen una serie de ventajas por ser diputados, ya saben: la inmunidad política y todo eso.
            Tercero, cobran mucho dinero, no digo sólo de sus salarios, sino de las famosas dietas por asistir al hemiciclo y es curioso ver dicho lugar muchas veces casi vacío porque los parlamentarios están haciendo otras cosas, como por ejemplo ver un partido de fútbol. Demencial.
            Ellos son los verdaderos privilegiados y me viene a la memoria cuando se hacían aquellas asambleas parisinas en momentos cercanos a la Revolución, o, para no irnos a otro sitio, aquí en España cuando los que estaban en el hemiciclo sólo se gritaban y nada en claro sacaban, ahora un buen sueldecito sí.
            Debemos sacar de estos malos momentos algo claro: que cada uno debe estar en su lugar y exigir que nuestros parlamentarios lo estén y se dejen de tanta fiesta que el país necesita personas que trabajen por ellos, no al contrario.
            Y valga desde aquí como dije al principio mi repulsa por el mal comportamiento de los controladores y la mala respuesta del gobierno.



FERNANDO SARUEL HERNÁNDEZ
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About Fernando y Tamara

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1 comentarios :

  1. bueno lo de los controladores no tiene nombre pero el govierno es el que tiene la culpa y el que propicio la huelga salvaje vamos que casi le dio el visto bueno ya que desde hace meses estan con el comvenio de los controladores que si las horas de trabajo que los salarios son de privilegiados etc.
    vale los controladores llevan toda la razon ya que como a todo funcionario que no este en el govierno le bajaron los salarios y ellos lo aceptaron de mejor o peor grado pero lo que hizo que reventaran fue que jubilaron y prejubilaron a muchos y esos puestos no se cubrieron y estaban haciendo doble turno y claro el lumbrera que tenemos por ministro de economia dijo que ellos ganaban demasiado que habia que hacer mas recortes que pagaban solo las sesenta horas que les marcaba el convenio en eso llevan toda la razon los controladores si trabajo quiero cobrar si no quieres pagar busca gente que hagan mi trabajo pero no me esplote a mi y esto lo sabia el govierno que pasaria por las advertencias de los trabajadores
    lo que tiene que hacer el govierno es irse a la calle y dejar que otros lo intente haber si lo hace mejor o peor que yo creo que peor no lo van hacer por que les han puesto el liston muy alto
    claro que aqui el unico perjudicado es el pueblo que siempre sale perdiendo y es el que menos culpa tiene pero pasa lo mismo con los del metro los conductores de autobuses etc. por lo tanto creo que los que no tenemos culpa de nada somos la moneda de cambio los rehenes de un sector de trbajadores privilegiados

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