Terminó el año dos mil diez y con él la primera década del siglo veintiuno. Con esto ya sé que no descubro nada nuevo ni es mi intención, pero lo que sí quiero plasmar en estas humildes líneas, es cuál ha sido la evolución de estos diez años primeros.
Empezábamos el milenio con la tensión e incluso el miedo del afamado “milenarismo” que el melillense Fernando Arrabal hablara tanto, sobre todo en aquella afamada tertulia televisiva donde dio muestras de todo menos de lo que él vale realmente.
La creencia en que al llegar un nuevo milenio podrían ocurrir cosas nefastas para toda la humanidad de nuevo se cebó en los seres humanos, al igual que mil años antes cuando se hablaba de que al llegar el año mil, los humanos pasarían por todo lo malo conocido y por conocer.
Como es sabido, nada de eso sucedió, sino que la vida siguió como si nada afectase el hecho de cambiar de milenio. Con la llegada del año dos mil, se vaticinaron sobre todo catástrofes que afectarían a los seres humanos en lo relativo al avance que habían conseguido en cuanto a tecnología se refiere.
Y qué es en lo que supuestamente se había ido más lejos, pues en lo relacionado con las nuevas tecnologías. Se habló de que habría un “apagón” en cuanto a sistemas informáticos se refería y ello redundaría en un mal para la humanidad, ya que por entonces, todo se estaba informatizando, desde los servicios más elementales hasta los más básicos.
Quien más quien menos, tuvo algo de pánico con la llegada del año 2000, aquella canción famosa de Miguel Ríos de hacía unas décadas titulada “Año dos mil” ya lo preconizaba, pero no pasó nada.
Curioso fue ver cómo los altos responsables de la sociedad española por si acaso, sí tomaron esas medidas de precaución y así vimos cómo toda la familia real española al completo se desplazó a pasar las fiestas navideñas a la isla de Lanzarote, cuando casi nunca estaban tan al completo, pero curiosidades de la vida, ese cambio de milenio decidieron pasarlas juntos.
Lo sé esto de muy buena fuente, la mía propia, pues yo también pasé esas fiestas allí y los pude ver al completo, así como pude comprobar cómo todo esa precaución se fue “al garete” cuando, por desgracia, la madre de Su Majestad el Rey falleció el 23 de diciembre.
Lo que ha ido ocurriendo a lo largo y ancho de esta década no es para expresarlo sólo en un par de artículos, sino que necesitaríamos varios, y a lo mejor lo hacemos.
Habíamos concluido casi la última década del siglo anterior con la defenestración de todo aquel “malicioso” bloque comunista o de países del este liderados por aquella URSS, y los gobernantes norteamericanos se quedaron sin poder echarles la culpa de los males de la humanidad, por lo que tuvieron que buscar otros “malos”
Y a fe cierta que los hallaron rápido en los llamados “islamistas”, empezando por aquél afamado Ayatolah Homeini cuando rompió las relaciones con los Estados Unidos allá a finales de los años setenta cuando impuso una república, eliminando al Chad de Persia y claro eso no estaba bien.
A partir de ahí, numerosas películas, muchas de ellas de ínfima calidad, empezaron a tratar el tema de que estos nuevos líderes árabes no venían con buenas intenciones para la humanidad y empezaron las peligrosas alianzas.
Un ejemplo de ellas, fue la que se hizo con el dirigente de Iraq, Sadam Hussein, curiosamente un personaje que años después y sobre todo en la década pasada, tuvo un protagonismo importante como uno de los “malos” del mundo que iba a acabar con sus “armas de destrucción masiva” con la humanidad…
Aquí terminamos este primer llamémosle capítulo entre histórico y hasta “nostálgico” de lo que dio de sí la última década, lo que planteamos aquí es una pequeña y somera introducción para poder tener unas respuestas más claras del por qué ocurrieron las cosas que pasaron en estos diez años.
FERNANDO SARUEL HERNÁNDEZ
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