Si la semana pasada empezamos esta mini serie de un par de artículos sobre lo que sucedió en los diez años pasados, en esta concluimos este “resumen” de esa década que no se caracterizará ni quedará para la Historia como “prodigiosa” precisamente.
Una vez empezado el siglo XXI, nos encontramos con que aparecen los sucesos más fuertes y virulentos en cuanto a atentados terroristas se refiere.
El once de septiembre de 2001, a las nueve de la mañana, Estados Unidos es, por vez primera en su historia, atacada en su propio territorio y precisamente en dos ciudades emblemáticas a nivel internacional: primero en New York y después en Washington.
Evidentemente, matanzas como esta y superiores, por desgracia ya había ocurrido con anterioridad pero nunca fue televisada. Nunca fue un acto en el que todo el mundo pudo verlo con sus propios ojos.
Unos ojos que todavía hoy, no dieron ni dan crédito a que aquello pudiera estar ocurriendo. Dos aviones comerciales estrellándose deliberadamente contra los edificios más altos de Nueva York: las Torres Gemelas.
En cuestión de minutos, todo aquello se vino abajo con la misma facilidad que echamos tiramos un castillo de naipes.
Pudimos ver cómo la amenaza de la que tanto tiempo nos habían estado hablando se hacía realidad: atentado terrorista. Según todas las fuentes oficiales, de cuño islamista y con el cerebro de Bin Laden, al que todavía no se ha encontrado por cierto y ¿se encontrará algún día?
Atentados que conmocionaron al mundo entero pues que ocurriese al primer país del mundo no podía ser. Rápidamente, se buscaron culpables y ahí vimos a su presidente iniciándose en el arte de la guerra a imitación de su padre una década antes.
Guerra al terrorismo, pero quizá sólo un disfraz para ocultar algunas otras cosas, como por ejemplo intentar estar en todos sitios y sobre todo controlar a algunos de aquellos gobiernos que durante unos años sirvieron de apoyo, como el de Sadam Hussein, y que se habían convertido en un escollo para la política expansionista, sí digámoslo claro, de los norteamericanos.
Por desgracia, la entrada en Afganistán y en Iraq no ha servido para que esta amenaza siga latente y así lo pudimos sentir en todo su horror aquella oscura mañana del once de marzo de 2004, con los atentados de Madrid.
Aquello fue un duro varapalo para todos los que tenemos un poco de sangre en las venas. Asistimos de nuevo atónitos ante la barbarie y lo que es peor que eso y es que unos cuantos años después de aquello, todavía no se sabe bien a las claras quiénes fueron los autores materiales. Un año en el que cambió el rumbo político de este país, entrando a gobernar de nuevo el partido socialista.
Década con sabor agridulce por todo lo que estamos padeciendo en este final tan desastroso que estamos teniendo con la economía por bandera y con el paro tan apabullante que nos está pesando como una gran losa y que todavía no somos capaces de salir.
Ahora nos toca empezar la segunda década del siglo XXI, ¿cómo terminará? nadie lo sabe aún, sólo sabemos que en España hasta eldía quince de enero estábamos en estado de alarma, ¿y mañana?
Vivamos el presente con lo que tenemos y luchemos codo con codo por salir adelante.
FERNANDO SARUEL HERNÁNDEZ
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