Estamos en crisis. Después de mucho pelear, discutir, mirar para otro lado, se admitió lo que los ciudadanos de a pie venimos notando desde hace mucho tiempo: estamos en crisis.
Sólo nos hacía falta que los que rigen nuestros destinos lo comprendieran, se dieran cuenta de que es una realidad tangible y no algo que era fruto de nuestra imaginación.
Estoy de acuerdo en que se tomen las medidas económicas necesarias para paliar esta situación en la que estamos metidos, quizá por dejar que unos pocos manejen nuestros ahorros a su manera sin preguntarnos antes.
Estoy de acuerdo en que se realicen cuantas reuniones sean necesarias entre los distintos gobiernos del mundo si con ello nos hacen sacar un poco la cabeza de todo este mar de crisis en que nos han metido unos pocos.
Ahora lo que sí quisiera también hacer es una reflexión a todo ello. Quizá estoy equivocado. Quizá soy un malpensado e incluso un individuo que ve conspiraciones donde no las hay.
Sin embargo, me resulta un poco “extraño”, “curioso” e incluso hasta de “mal olor”, que, precisamente, todos estos gobiernos de tanto renombre a escala mundial, es decir, los que rigen las naciones denominadas “desarrolladas y ricas”, comiencen a aportar su granito de arena para la solución a tan dramático tema.
La solución de casi todos está siendo la misma: si fue en Estados Unidos donde empezó toda esta fuerte crisis, precisamente es su gobierno el que para evitar males mayores haya decidido intervenir ingresando millones de dólares a las empresas financieras y así que no lleguen a la quiebra, lo que sería una intromisión por parte del estado en la empresa privada, cosa que estaba muy mal vista en aquellas latitudes, pues no en vano es el paradigma del libre comercio y por lo tanto, de que cada empresa por sí misma arreglara su situación, ya que el intervensionismo del estado sólo se producía en aquellos países que se denominaban “de economía socialista” ¿los recuerdan? ¡Cuánto tiempo ha pasado ya de eso, ¿verdad?!
Pues el estado ha intervenido para que la economía no se hunda, como un nuevo “new deal”, aquél que Roosevelt hizo posible para sacar al mundo de la crisis del “29”.
El resto de países al ver que no se ponía ningún grito en el cielo por esta actitud, rápidamente han hecho lo mismo: intervenir e insuflar de dinero “contante y sonante” a los grandes bancos y multinacionales.
Y ahora vienen las dudas de este que les escribe. Evidentemente, toda esta crisis ya estaba afectando a los que menos dinero o “recursos económicos” tenían, muchos de ellos han ido al paro forzoso, la ciudadanía viendo cómo se iba destruyendo empleo sin saber qué hacer y veían que sus gobiernos no respondían..., pero cuando las empresas financieras que manejan grandes cantidades de dinero, empiezan a flaquear, ya sí se encienden las luces de alarma en los diferentes gabinetes gubernamentales y ya se deciden a reunirse para solventar la “crisis”.
Como he dicho anteriormente, soy un malpensado, un “conspiranoico”, pero me parece un tanto “curioso” que ahora se decidan a intervenir cuando desde hace ya años la cosa pintaba muy mal y esto me hace ver que a pesar de querer ser los más adelantados y sociales de la historia, los diferentes gobiernos sólo “ayudan” cuando es el rico el que lo necesita.
Disculpen si les parece demagógico, es, simplemente la opinión de una persona que piensa que por encima de las “macroeconomías” y demás nombres ampulosos, está el ser humano, el que día a día tiene que levantarse, haga frío o calor, llueva o nieve, el que levanta verdaderamente un país y, que normalmente, hacen poco caso (a excepción claro está de cuando llegan las campañas electorales) de todo lo que piensa o les ocurre.
FERNANDO SARUEL HERNÁNDEZ
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