MATIZACIONES TARDÍAS: FALSOS EJEMPLOS

Pensar y hablar. La lingüística ha vertido ríos de tinta sobre la influencia del pensamiento en el habla y viceversa. Se especulaba que el pensar es anterior al hablar pero que el habla estaba íntimamente relacionada con el pensamiento, pues todo pensamiento complejo incluye directa o indirectamente el habla. Pensamos en una lengua y a medida que la enriquecemos nuestros pensamientos se vuelven más complejos.
No obstante, últimamente empiezo a percatarme de que hay mucho ser viviente que no piensa antes de hablar. Tal vez los filólogos deberíamos empezar a estudiar a estos individuos para comenzar a considerar si hay excecpciones que confirman la regla o si se está gestando un nuevo tipo de ser no pensante.
Radio, prensa, redes sociales en internet han recogido este fenómeno en estos últimos días. Los protagonistas unas cuantas figuras públicas -por catalogarlas de alguna manera- que han dejado algunos comentarios ilustres con grandes repercusiones. Unos dicen que de haberlo sabido antes igual hubieran cometido dicho atentado al pensamiento con anterioridad. Por supuesto, parece ser que lo único importante es salir en primera página aunque no sea por un logro, aunque no sea por un trabajo bien hecho. Eso da igual. Es mejor ser centro de atención porque así volveremos a ser protagonista de los medios. Tampoco parece considerarse los daños colaterales que puedan tener ciertas declaraciones: ¿qué más da herir a otra persona? Total si tiene un trabajo de cara al público también, tendría que estar acostumbrado a las ofensivas. Del alcalde de Valladolid se lo podría uno hasta esperar, muchos grupos políticos, sobre todo del que es representante éste, se basan en esas armas. Sin embargo, cuando un académico y escritor debe insultar a un político o a otra figura pública para serlo, algo sucede. Igual no han repuntado sus ventas. Tal vez se le estén acabando las ideas. Tal vez simplemente quiera hacerse el gracioso. Tal vez tal vez. Pudiera ser éste el sujeto idóneo para el estudio de la teoría lingüística. Cuando los que debieran dar ejemplo, no lo dan, y recurren a los recursos que emplean los  programas del corazón o los de convivencia, a ese ataque verbal que parece nacer de las entrañas o de cualquier parte menos de la azotea, habría que plantearse si necesitan terapia de reflexión o es que luchan por no caer en un pozo obsoleto. Las modas no siempre son buenas, señores. Casi nunca. Piensen. Aunque  no esté de moda, es gratificante y evita frases célebres no meditadas.

TAMARA GONZÁLEZ CUEVAS

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