Hoy toca hablar de uno de los escritores más prolíficos que ha dado la literatura universal y que además ha sido y es uno de los autores que más se leen en todo el mundo.
Nos estamos refiriendo al francés Julio Verne. He de decir que con él este que les escribe se inició en el mundo fantástico de la lectura, devorando con fruición varias novelas de él.
Julio Verne nació en Nantes el ocho de febrero de 1828 y falleció en Amiens el 15 de abril de 1905, con lo cual este año se cumple el centenario de su óbito.
En el país vecino se han programado muchas actividades para celebrar este evento: con exposiciones de sus obras, alguna que otra serie de televisión y sobre todo, la reedición de sus obras, que por cierto fueron muchas, aunque también es verdad que este autor vivió bastantes años.
Julio Verne tuvo una juventud difícil donde escribe obras de teatro y óperas cómicas, pero apenas le dan para subsistir, sin embargo, será a partir de la publicación de su primera novela Cinco semanas en globo en 1863 cuando conseguirá un enorme éxito, lo que hace que pueda vivir a partir de ese momento más holgadamente.
Mantiene en sus obras las mismas dosis de aventuras que de elementos científicos.
Así, obras como Viajes extraordinarios en 1864, que inmediatamente fue traducido a muchos idiomas, La vuelta al mundo en ochenta días (1873), De la tierra a la Luna (1865), La isla misteriosa (1890), etc., en los que hace gala de suficientes conocimientos geográficos y técnico-científicos para entretener a unos con la aventura y a otros con sus divulgaciones científicas más o menos fantásticas.
Puedo decir que Julio Verne fue un autor que se anticipó a su tiempo y que incluso se le ha llamado hasta visionario del futuro, puesto que en esa imaginación tan poderosa que él tenía nos coloca una serie de artilugios y máquinas mecánicas que son capaces de hacer de todo y de llevar, por ejemplo, al hombre hasta los confines del universo: la Luna.
Por otro lado, Julio Verne en sus obras casi siempre repetía el mismo modelo de personajes: los principales, el protagonista masculino era un caballero en todo el sentido de la palabra que luchaba con honor por conseguir lo que anhelaba, iba acompañado de uno o dos fieles seguidores, más bien criados, que le van a facilitar la tarea y que a su vez introducen una nota de humor a la novela en cuestión de que se trate.
Asimismo, nos coloca a la mujer de la misma forma, es decir, una mujer bella, hermosa, que es la pareja ideal para el protagonista masculino y que a su vez está acompañada de una amiga o criada que también aporta su punto de humor. Por otro lado, aparecen personajes malvados que intentarán echar por tierra todo lo que los protagonistas se proponen.
Parece que lo expuesto es muy simple, pero nada más lejos de la realidad, Julio Verne es capaz de meternos en la historia con suma facilidad y de que pasemos un buen rato de aventuras que muchas veces quisiéramos para nosotros, así como que nos da una visión del mundo mucho más fantástico y abierto de lo que aún ahora, a pesar de los avances tecnológicos, nos parece.
Por eso, quiero reivindicar la lectura de sus novelas porque sé que lo van a pasar muy bien en su lectura y así podremos conocer más la mente de uno de los más importantes escritores que ha pululado por este nuestro planeta Tierra y que nos ha dejado su semilla: sus novelas.
FERNANDO SARUEL HERNÁNDEZ
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