CRISIS: REFLEXIONES INICIALES

Hace unos días nos enteramos bien leyendo la prensa, bien oyendo (y no escuchando) las noticias que daban en la radio y la televisión sobre algo de lo que ya se lleva hablando desde hace muchos meses, creo que hasta años.
Mucho se está comentando, mucho se está valorando, pero no se está haciendo absolutamente nada para remediarlo. Es decir, es muy fácil vaticinar lo que ha de acontecer, sin embargo, no se ponen las respuestas adecuadas para que eso no ocurra.
Como bien sabrán, me estoy refiriendo a la tan traída y llevada crisis económica que comenzó, según nos dicen, en los Estados Unidos con las hipotecas de riesgo, y que está llegando ya a nuestro país.
Por un lado, tenemos al gobierno de la Nación que nos ha dicho y recalcado que no existía ni existirá tal situación económica en España, pero todos los ciudadanos lo estamos comprobando, sobre todo que se lo digan a todos aquellos que tienen una hipoteca, cómo les ha subido en poco tiempo.
Ahora, por fin, nos dicen desde las altas esferas políticas y económicas que nuestro país va a sufrir una “desaceleración económica” y que en los siguientes dos años vamos a tener que “apretarnos bien el cinturón” porque la situación económica se va a agravar en demasía.
Hay hechos que ya lo demostraban desde el año pasado y que todos los ciudadanos hemos podido constatar en nuestros bolsillos.
Por un lado, el “boom” inmobiliario o, más bien y en opinión de quien les escribe lo llamaba “burbuja inmobiliaria”, porque no era normal ni de recibo que se vendieran los pisos a tan elevado precio, cuando los sueldos medios de los españoles no eran ni por asomo muy boyantes, como desde luego siguen sin serlo y hasta no sabemos cuánto tiempo seguirán así.
Por otro lado, el parón de la venta de pisos ha hecho que no se construya tanto, por lo que más de cuatrocientos mil trabajadores de la construcción se han ido literalmente a la calle.
La solución a esto dicen que será el reocuparlos en otros sectores productivos, pero el problema es que esos otros sectores también están mal, ya que la economía al no marchar en condiciones, todas las actividades se resienten en mayor o menor medida.
Tenemos entonces un panorama bastante poco halagüeño para el futuro más cercano, donde la tasa de población activa que se encuentra en el desempleo ha subido a cifras intolerables en estos momentos en que según los políticos de turno nos han ido machacando que la economía española iba muy bien, cuando el ciudadano de a pie notaba que no llegaba ni llega a fin de mes de modo satisfactorio.
He aquí algo que se estaba dando, aunque como siempre, era mejor mirar a otro lado, y ahora nos encontramos con que las expectativas de crecimiento para los dos próximos años son malas, por no decir catastróficas.
Según dicen los analistas, se va a destruir más empleo y el que se oferte será de menor calidad y por lo tanto, habrá más inestabilidad a la hora de plantearse cualquier futuro.
Pienso que no es justo que se llegue a esta situación porque todos sabemos que se puede evitar, pero evidentemente hay que tener voluntad para ello y, créanme lo que les digo que de eso les falta a nuestros políticos del partido que sea.
Por lo tanto, así estamos, con más paro, menos expectativas de trabajo, pisos que no se pueden pagar, precios de los productos cada vez más por las nubes y los salarios intactos, sin apenas subida. Porque si los precios suben un tanto por ciento, los sueldos lo hacen a un ritmo más lento, entonces ¿cómo quieren que se produzca el consumo que haga salir a España de esta situación?
El tiempo lo dirá.

FERNANDO SARUEL HERNÁNDEZ.

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