Te sientas en tu habitación, sobre la cama. Te abrazas las rodillas y empiezas a meditar. Sabes que la luz está encendida pero no la ves. Lo sabes, simplemente. Tus pensamientos siguen en la penumbra y no consigues sacarlos de allí. Tus ojos ven la luz, mas no pueden transmitírsela a tu interior. Quisieras llorar pero no sabes ni por qué hacerlo. Sencillamente, crees que estás solo, que posiblemente no encontrarás a la persona que ansias, que te lleve de su mano y te saque de allí. ¿Existirá? Crees fervientemente que así es. Lo has tocado ya, o eso te dice el recuerdo. Te lleva hacia la luz, te asía fuerte pero no logras sostenerte. Está ahí y lo sabes pero vuelve a venir la oscuridad. La negrura se mofa de ti, pues ya no ves a tu alma gemela, aunque la percibas. Solo hay oscuridad.
TAMARA GONZÁLEZ CUEVAS.
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vaya viaje a la epoca de los romanticos nos has dado. Enhorabuena
ResponderEliminar¡¡Muchas gracias!!
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