Y CON ÉL LLEGÓ LA OSCURIDAD

La noche empieza a cerrarse y las tinieblas pronto inundarán todo. Aquello que hasta ese momento podía vislumbrarse a la luz del día, ya desaparece entre neblinas.
Es invierno. Hace frío y más en estas tierras. Unos pasos se oyen, cerrados, ausentes, sin embargo, los que allí trabajan saben de quién se trata.
Lo ven, no preguntan nada. Ya saben a lo que va. Le abren los portones y entra con paso lento. Conoce ya el camino. Hace mucho tiempo que cada diecinueve de enero lo anda.
Allí va. Lo contemplan y nada comentan. Ven su chistera negra, con lazo del mismo color cayendo por detrás. Capa oscura y pañoleta Burdeos. Enguantado y con tres rosas rojas en una mano y una botella de coñac y una copa en la otra.
Llega a su tumba. Deja las rosas al pie y abre la botella. Escancia el contenido en la copa. La alza y brinda. Brinda por él. Por el que yace allí desde hace doscientos años.
Luego retorna por donde ha venido y cruza el lugar sacrosanto en silencio, una sonrisa de satisfacción en la boca y con el alma llena de haber realizado un año más su acto litúrgico. Ha brindado por el que allí está.
A este tipo nadie lo conoce. Aunque han sido muchos los que han querido destapar cuál era su identidad, nunca lo han conseguido. Se dice que desde el año 1949, realiza el mismo ritual y es más ahora que ya apenas puede caminar, ha dejado el testigo a otro que antes ha enseñado la liturgia del brindis por el Maestro.
Estas son unas líneas que entresaco de la magnífica recreación de nuestro sin igual amigo Juanjo Florensa que, en un acto de memoria y recuerdo hacia uno de los grandes del género fantástico, realizó en la tarde del pasado sábado en la sede de la Asociación de Estudios Melillenses, acompañando a una magnífica conferencia que allí y con motivo del bicentenario del nacimiento de Edgar Allan Poe.
La conferencia corrió a cargo de Antonio César Moran que disertó sobre la vida y obra del magnífico escritor, donde se glosó, entre otras circunstancias, sobre la influencia que tuvo en su época y sobre todo en artistas posteriores a él.
Juanjo Florensa recreó a la perfección a ese personaje que hemos querido describir siguiendo sus propias palabras, conocido como “el brindador de Poe”, el cual cada año repite su itinerario.
Ambientada extraordinariamente, los que fuimos, estuvimos rodeados de misterio, de buenas letras y mejores acompañantes. Todo ello en el inigualable marco de los antiguos Almacenes de San Juan, donde tiene su sede desde hace más de veinticinco años la Asociación de Estudios Melillenses.
Una vez más. Juanjo nos sorprende y nos realiza un nuevo regalo sacado de su incansable mente por dotar a su tierra, Melilla, de actividades “diferentes” a lo que normalmente estamos acostumbrados.
Todavía tengo el eco del mar. Ese mar que un día fue testigo de un amor sin parangón el de ese hombre y su… Annabel Lee. Magnífico poema como así nos leyó el profesor Morán, cuyos recuerdos me llevaron a los años noventa y a la versión que el conocido grupo de pop español Radio Futura, hizo de ese poema.
Seguiremos leyendo a Poe y brindando por él.

FERNANDO SARUEL HERNÁNDEZ
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About Fernando y Tamara

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1 comentarios :

  1. a ver... y tu por que no me avisas de estas cosas??para una que me interesa!!!jajaja
    saludos

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